EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL CON PERSPECTIVA RELACIONAL ¿En qué consiste?

Una propuesta de educación sexual integral, tiene que partir de una base científica, abarcar cada una de las etapas del desarrollo evolutivo, impactar en la vida real de los estudiantes y estar orientada a la salud integral de las personas.

Una educación sexual efectivamente integral, tiene que ser capaz de lograr que niños, niñas y adolescentes sean constructores de una cultura del diálogo, del respeto, de la paz, de una sociedad más justa, inclusiva y solidaria.

Con todo esto, proponemos una ESI desde la perspectiva relacional, que ofrece conocimiento basado en evidencia científica, con una visión interdisciplinaria atenta a las orientaciones de los organismos internacionales y fundamentada en el respeto por los valores y creencias.

Un aporte científico que consideramos de gran relevancia es la investigación “The Grant Study”, la más importante del mundo sobre felicidad, salud y satisfacción personal, que ha analizado durante décadas la trayectoria de cientos de personas y ha llegado a una conclusión contundente: las relaciones significativas son la clave de la felicidad.

Fundamentada en el humanismo solidario y en una visión multidimensional de la persona y, por tanto, de la salud (psicoemocional, sexual y reproductiva, vincular, espiritual y social), la perspectiva relacional desarrolla la apertura del ser humano al otro, considerando a las familias como comunidades de solidaridad plena e intergeneracional, ámbitos de socialización vincular a partir de las relaciones generativas y generacionales (paternidad, maternidad, filiación, fraternidad) y se propone llegar a la responsabilidad social y ciudadana, atendiendo especialmente a las vulnerabilidades individuales y sociales, y a la promoción de una cultura del respeto, igualdad y valoración de la diversidad, dado que todas las personas somos distintas, a la vez que iguales en dignidad.